Su nombre completo era José Joaquín Inclán González Vigil. Fue sobrino del enhiesto tribuno y pensador Francisco de Paula González Vigil. Nació en Tacna el 12 de octubre de 1825. Se educó en el colegio Independencia Americana de Arequipa y de regreso a su ciudad natal, en 1840, se incorporó al ejército. Hizo sus primeras armas durante los problemas limítrofes con Bolivia de 1841. Luego combatió bajo las órdenes de Ramón Castilla, en las filas del batallón Tacna, en la campaña contra Vivanco de 1843 y 1844, donde destacó como oficial artillero.
Estuvo nuevamente al lado de
Castilla contra el gobierno de Echenique, combatiendo valerosamente en
La Palma, Lima, el 5 de enero de 1855, en mérito de lo cual obtuvo el
grado de teniente coronel. Luego incursionó en la política. Fue prefecto
de Tacna en 1856 y representante al Congreso por Moquegua en 1858.
Secundó la revolución iniciada en Arequipa por Mariano Ignacio Prado.
Regresó a filas con rango de coronel en 1865 y durante el combate del
Dos de Mayo de 1866 estuvo al mando de los 15 cañones de la línea del
norte, conformada por la torre Junín, el fuerte Ayacucho y las
baterías Pichincha e Independencia. Luego se hizo cargo del regimiento de artillería Dos de Mayo.
Volvió al sur, a la vida civil,
ejerciendo como prefecto de Moquegua en 1868, y como superintendente de
irrigaciones en Tacna, en 1870. Al declararse la guerra con Chile, pasó
de inmediato al servicio de operaciones, siendo asignado a la defensa
del sur como comandante general de la VII División. Tras la derrota del
Alto de la Alianza, concentró sus fuerzas en Arica, y en la sesión de
estado mayor del 5 de junio de 1879 respaldó resueltamente la decisión
del jefe de la plaza, coronel Francisco Bolognesi -también artillero y
apreciado compañero de armas en los días de la campaña contra
Echenique-, quien resolvió resistir, no obstante la enorme desventaja
numérica, "hasta quemar el último cartucho".
El 7 de junio de 1879, en la
batalla de Arica, Inclán fue comandante de las baterías del fuerte Este,
en la parte baja del morro, en la primera línea de fuego. Mantuvo firme
su posición hasta que el avance simultáneo de dos regimientos chilenos
lo llevó a replegarse al punto fortificado denominado Cerro Gordo.
Siendo imposible realizar un nuevo retroceso, condujo valerosamente sus
tropas en fiero combate cuerpo a cuerpo donde no hubo peruanos
sobrevivientes. La guerra arrebató a los tacneños no sólo un militar
brillante y heroico, sino también un político visionario, comprometido
con el progreso de su región. El coronel Inclán es patrono del arma de
artillería del Ejército peruano.
0 comentarios:
Publicar un comentario