Clérigo y escritor. Hijo de Joaquín
Gonzáles Vigil y María Micaela Yánez, nació en Tacna el 13 de abril de
1792 y murió el 09 de Junio de 1875 en la ciudad de Lima.
Establecido en Arequipa, hizo sus estudios en el seminario de San
Jerónimo, donde se le hizo la primera tonsura el 27 de mayo de 1804 y
recibió los cuatro grados menores en 1810.
Allí regentó la cátedra de Gramática y la pro secretaría en 1811;
después de optar el grado de Dr. en Teología en 1812 en la Universidad
del Cuzco, asumió la cátedra de Filosofía y Matemáticas en 1815; y tras
ser investido con el presbiterato en 1819, la cátedra de Teología y el
vicerrectorado. Optó por separarse del seminario en 1823 y retornó a
Tacna. Elegido diputado por su provincia natal en 1826 y 1827, se
traslado a Lima.
Al concluir las sesiones del Congreso Constituyente el 16 de junio de
1828, viajo a Chile para atender al cuidado de su salud; Luego optó
grado de Dr. en Derecho en la U. De Arequipa en 1831, y asumió el
rectorado del Colegio Nacional de Independencia, el cual ejerció hasta
1834 con los intervalos impuestos por sus concurrencia a las
legislaturas de 1832 y 1833-1834. En la primera de ellas se le exaltó a
la presidencia; y abandonado su sitial el 02 de noviembre de 1832, acusó
al general Agustín Gamarra por haber violado las garantías
constitucionales, y promovió entre los representantes una inusitada
confianza en el porvenir de las instituciones republicanas. En 1834
retornó una vez más a Tacna, donde se opuso a las pretensiones del
presidente de Bolivia sobre aquella provincia, y bastó su palabra para
mantener bajo las jurisdicción peruana.
No obstante, se le encargó la dirección de la Biblioteca Nacional
durante la Confederación Perú-Boliviana en diciembre de 1836; y aunque
renunció a ella a principios de 1838, para integrarse al seno de su
familia, se le consideró partidario de la confederación y fue desterrado
cuando la suerte de las armas puso término a ese ensayo político.
Volvió al cabo de pocos meses, pero se mantuvo en el retiro hasta 1845,
y, nuevamente nombrado por el presidente Ramón Castilla, asumió la
dirección de la Biblioteca Nacional, en la cual permaneció a lo largo de
tres décadas, hasta su muerte. Se consagró al estudio y la defensa de
las doctrinas regalistas, y por ésta mereció tres bulas de condenación
el 10 de mayo de 1851, el 02 de marzo de 1853 y el 8 de diciembre de
1854. No obstante, el pueblo de Tacna le renovó su confianza y,
representándolo, asistió a las legislaturas de 1851 y 1853, así como a
la Convención Nacional de 1855-1857. Y aunque su cuerpo era minado por
la tuberculosis, no amainaba su deseo de contribuir con sus ideas a la
armonía y el bienestar de los hombres, y de servir a la patria
“trabajando del modo que podía”.
• Defensa de la autoridad de los gobiernos contra las pretensiones de la curia romana (6 vols. 1848-1849).
• Los jesuitas presentados en cuadros históricos (4 vols. 1863).
En atención a la complejidad de las materias tratadas y a su insoslayable densidad, también dio a la publicidad compendios de cada una de esas obras. Y para la enseñanza del pueblo publicó:
• Catecismo patriótico (1858).
• Opúsculos sociales y políticos.
Sobre temas tan permanentes como la “paz perpetua en América o Federación Americana” (1856), la guerra, la soberanía nacional, el gobierno republicano, importancia y utilidad de las asociaciones, la educación popular y de la mujer, la tolerancia y la libertad de cultos, la pena de muerte, el matrimonio y divorcio. Como todo liberal consecuente, Vigil confió en los frutos de la razón; fue, quizá, un utópico.
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